sábado, 18 de agosto de 2007

El niño y el mar

Justo cuando cumplí nueve meses mis padres me llevaron a conocer el mar...el gran vientre del que me hablaba mi mamí. Pasamos buscando a mi primita Rosmery y nos fuimos los cuatro a Chirimena, una playa que queda vía Higuerote de las que mis padres habían leído y querían conocer. A principio creí que estábamos nuevamente en Maracaibo, pero el lago era extraño no se veía la costa por más que me esforzara en mirar y además estaba muy agitado... y el olor, el olor a sal y a monte que no había sentido jamás. Mi confusión terminó cuando mami me puso en el suelo.
¡Guacatela! ¡Que sensación tan fea!
¡Mamiiiii levantame que suelo tan extraño y feo!


Papi me explicó que estabámos en la playa y que ESO que me desagradaba tanto se llamaba arena. ¡Figurénse, todo el suelo de la playa es de arena! cosa que no me gustó mucho. Afortunadamente, luego de algunos minutos de protesta mami se apareció con una piscina expectacular que Rosemery me lleno con agua salada. El agua salada era rica, extraña, pero rica.

Despues de esta primera impresión no tan agradable, vino la reconciliación. Mami me llevó a la orilla de la playa y me mostró las olas, la espuma que hacen cuando llegan a la orilla y el azul turquesa del mar. Me habló de plenitud, de paz y silencio, de cosas que sentiría más adelante cuando fuese más grande. No entendí, pero me dijo que tuviera paciencia, que el mar me enseñaría a confiar en la vida. Despues me fui a pasear con papi por la playa y vi como los niños se divertían con el agua y como unos señores se montaban en unas tablas y se deslizaban sobre las olas grandotas. Veía y veía, pero entre el rumor del mar y el calorcito del sol me quede dormido.
Ya de regreso en casa de la abuela, me quitaron la arena y el agua salada que traía encima. Camino a San Antonio me quede dormido, y al día siguiente desperté feliz recordando el sabor del agua salada. Ojalá volvamos pronto a la playa.

"Cuando despierto y estoy lejos
del mar que no me necesita
algo me falta en el futuro
y en la ventana y en el rostro..."
Mario Benedetti.

domingo, 5 de agosto de 2007

En el Ávila mágica


En el Ávila mágica
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Desde hace más de un mes habiamos planificado un paseo al Ávila por el teleférico. Resulta que el día anterior el Ministerio de Turismo intervino a la compañía operadora y por ello ese paseo nos salió gratis. A pesar de ello no estuvo tan lleno como temíamos, eso sí todos los medios de comunicación del estado estaban presentes en todas partes junto con una multitud de muchachitos uniformados con la consigna de "turismo social" que aparentemente disfrutaban por primera vez de las instalaciones del sitio.

Gael disfrutó mucho su viaje en teleférico, estuvo muy emocionado de principio a fin, mirando por la ventana y riendose divertido. Una vez arriba el paseo fue muy agradable, paseamos un poco por las caminerias y comimos de todo. Lamentablemente estuvo casi todo el tiempo nublado y por ello no tuvimos muy buenas vistas de la ciudad ni del mar.

Lo malo fue la lluvia. Una vez que se desató una tormenta eléctrica en Caracas, empezó el caos: tuvieron que paralizar las cabinas y se empezó a formar una cola interminable, los pasillos se inundaron de agua y de gente pues no habían muchos sitios donde refugiarse y la espera se prolongó por casi tres horas, al cabo de las cuales el desorden fue mayúsculo. Los "vivos" coleandose delante de aquellos que pacientemente habían guardado su puesto, mientras los encargados de la seguridad miraban sin dar respuestas.

Espero que las intenciones de mejorar el servicio sean sinceras y se encuentre una manera de manejar estas situaciones con más orden y más consideración para con los usuarios. Ya volveremos en un par de meses para ver que tanto puede cambiar con la nueva administración.

miércoles, 1 de agosto de 2007

En el cumpleaños de mi mamá


Cumple mami
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Mami cumple su primer año desde mi nacimiento, los que había cumplido antes no son importantes, esa cuenta queda borrada y olvidada ;-)

Este día mi mamá se roba el primer plano y yo le regalo la más estruendosa y deliciosa risa. ¡Te amo mami!